Hola de nuevo:
Seguimos con nuestro Especial Día del libro infantil, en el que os estoy enseñando cuentos muy particulares, en los que se desprende el amor por la lectura.
Como segunda propuesta os traigo un cuento muy muy divertido, de temática policial, sobre una liebre a la que le encantaaaaaaaaan los libros.
¿OS VENÍS A CONOCER ESTE DIVERTIDO LIBRO?
(PINCHAD EN LAS IMÁGENES PARA VERLAS MÁS GRANDES)
-Título: ¡Se busca! Lili la liebre, ladrona de libros
-Autora: Emily Mackenzie
-Editorial: COMBEL
Empieza el cuento presentándonos a Lili, una liebre a la que le encantaban los libros.
Mientras sus compañeras soñaban con zanahorias y lechugas, ella lo había con libros.
Tanto le gustaban que hacía listas y listas con todos los libros que había leído, con los que quería leer y con recomendaciones para sus amigos y familiares. Además, puntuaba las listas con zanahorias.
(Fijaos en el detalle de esta ilustración con las listas de libros. Están cambiados los nombres de grandes clásicos para adaptarlos a la temática de liebres: Alicia en el país de las madrigueras, La vuelta al huerto en ochenta días, Liebro Holmes, Veinte mil leguas de viaje de conejos...)
A la pequeña liebre le encantaba aprender palabras nuevas, el olor de sus cuentos y el sonido que se escuchaba cuando se pasaban las páginas. Además, le gustaba mucho meterse dentro de las historias y fingir que era la capitana de un barco pirata o una exploradora en plena selva.
El problema es que esta bonita afición se le empezó a ir de las manos y empezó a colarse en las casas de los demás para leer sus libros mientras dormían...
Y, no contenta con eso, su conducta fue a peor y empezó a ROBARLOS, acumulando pisos y pisos de tebeos, libros de cocina, novelas, libros de poemas...
Un buen día, Lili se coló en casa de Arturo, un niño al que también le encantaba leer. El pequeño se empezó a dar cuenta de que le faltaban libros en sus estanterías. De hecho, le había desaparecido su libro favorito de monstruos.
Definitivamente, alguien los estaba robando...
Frente a esta situación, el pequeño decidió que había que atrapar al ladrón, así que reunió a su equipo especial, se sentó a oscuras sin hacer ningún ruido y esperó. En algún momento, alguien aparecería.
Así, pasados unos momentos, se oyeron unos crujidos y Arturo, gracias a sus prismáticos, vio a Lili.
El niño gritó y fue a atraparla, pero la liebre se escapó rápidamente.
El niño, entonces, fue a hablar con su madre para contarle todo lo ocurrido, pero esta se echó a reír. También habló con su maestra y esta lo mandó a reflexionar. Por último, y como opción desesperada, llamó a la policía y claro, os podéis imaginar la reacción.
Nadie lo creía, lo que provocó la tristeza de Arturo. Esa noche no podría leer su cuento favorito.
Mientras tanto, la liebre seguía robando con toda la tranquilidad del mundo... hasta que cometió UN GRAN ERROR!!!
Resulta que la última casa en la que se metió era del agente Jengibre, el hombre con que el que había estado hablando Arturo.
El policía atrapó a la ladrona y llamó por teléfono al niño, para contarle todo lo sucedido. Le dijo que tenía que pasarse por comisaría al día siguiente, para identificar a Lili.
Así, por la mañana el pequeño se dirigió a comisaría para pasar la rueda de reconocimiento.
El problema estaba en que había varias liebres con la misma camiseta de Lili, en la que se leía Yo amo a los libros.
¿Qué iban a hacer ahora? Pues muy sencillo, ya que el agente Jengibre tuvo una gran idea: harían pasar por una cinta transportadora montones de zanahorias y lechugas. Además, colocarían una pila de libros. Así, la liebre que se fijara en estos cuentos tenía que ser Lili.
El plan resultó un éxito y la liebre ladrona cayó en la trampa. La pobre, cuando se dio cuenta de que la habían pillado, empezó a temblar y, enseguida, pidió perdón. Al fin y al cabo, ella solo quería leer nuevas historias.
Arturo, que en el fondo la entendía bastante bien (a él también le encantaba leer) la perdonó.
Además, le habló a la liebre de un sitio maravilloso donde podría pedir prestados todos los libros que quisiera. Ese mágico sitio era la BIBLIOTECA.
Acaba el libro diciéndonos que ahora Arturo y Lili son grandes amigos, que comparten su afición por leer. Acuden a menudo a la biblioteca, donde piden prestados muchos cuentos. y siempre siempre los devuelven.
El narrador nos advierte que, a partir de ahora, cuando vayamos a la biblioteca de nuestro pueblo o ciudad es posible que veamos a estos dos protagonistas.
¿Qué os parece? A mi me encanta. Me parece muy muy original y super divertido.
Por una parte transmite el amor por los libros, pero por otra parte nos advierte de que no todo está permitido. No se puede ir por ahí robando a los demás.
Además, me encanta el último giro referente a las bibliotecas, para animar a los peques a acudir a ellas.
También me parece muy original la temática policial, con Lili esposada, pasando la rueda de reconocimiento, posando con el cartelito mientras le hacen la foto...
Las ilustraciones, por otra parte, son muy divertidas y expresivas y tienen grandes guiños humorísticos como el que os he enseñado de los nombres de los cuentos transformados.
Nada más por mi parte. Espero que os guste. Nos vemos dentro de un rato con la tercera propuesta.
Hasta ahora!!!
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