Holaaaaaa:
¿Cómo lleváis este frío tan horroroso? Yo estoy a un microsegundo de convertirme en un cubito de hielo...
Con estas temperaturas tan bajas, apetece leer cuentos invernales, en los que la nieve está muy presente.
El cuento que hoy os traigo es un relato tradicional ruso, de estructura repetitiva, que nos habla de la amistad, de la solidaridad y de la importancia de compartir nuestras cosas con los demás.
¿OS VENÍS A CONOCERLO?
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-Título: ¿Queda sitio para mi?
-Ilustrado por: Loek Koopmans
-Editorial: ING EDICIONS
El argumento de este libro es muy sencillito, pero a la vez muy bonito y entrañable. Además, su estructura repetitiva facilita su lectura y le da mucho ritmo.
Empieza el cuento cuando un leñador sale al bosque, acompañado de su perrito. El hombre llevaba un hacha al hombro y unas manoplas en los bolsillos para tener las manos calentitas.
De repente, una de las manoplas se le cae al suelo.
Acto seguido, un ratón que pasaba por allí se encuentra con la manopla. El animal ve en la prenda de vestir una casita estupenda para resguardarse del frío, así que se mete dentro.
Al poco rato llega una rana, que ve la manopla. Pregunta quién vive allí y el ratón le dice que él. La ranita también tiene frío, así que le dice si queda sitio también para ella. El ratoncito le dice que por supuesto, así que los dos animales se acurrucan dentro.
A continuación llega la liebre, que hace lo mismo que la rana (pregunta quién vive allí y si queda sitio para ella. Cuando le dicen que sí, se mete dentro). Lo mismo pasará con el zorro y el jabalí.
Después del jabalí llega el oso, que pregunta a todos los animales si hay sitio para él. En un principio le dicen que no, porque es demasiado grande, pero él dice que irá con mucho cuidado. Al final también se mete dentro.
Así, la manopla se convierte en una casa calentita para el ratón, la rana, la liebre, el zorro, el jabalí y el oso.
Al mismo tiempo, el leñador, que sigue en la calle, decide ponerse sus manoplas porque tiene mucho frío. Se da entonces cuenta de que solo tiene una y que seguramente la otra se le cayó en el suelo.
Vuelve, por lo tanto, al sitio de origen a buscarla, acompañado de su perro, que va olisqueando todo para encontrarla.
Buscando y buscando, el perrito la encuentra, pero se da cuenta de que hay animales dentro. Se pone entonces a ladrar y ladrar. Así, consigue asustarlos y que se vayan.
Acaba el cuento cuando el leñador recupera su manopla gracias a su perrito y se protege sus manos.
¿Qué os parece? Tal y como os decía, es un cuento en el que se remarcan mucho los valores de la amistad y de la solidaridad.
Por una parte, vemos amistad entre los animales relacionados con la manopla y, por otro, la vemos también en la relación entre el leñador y su perro, que no teme enfrentarse a los demás con tal de conseguir que su amo recupere esta prenda.
Además, se recalca mucho lo importante que es compartir. Gracias a este acto tan generoso, muchos animales consiguen no pasar frío.
La estructura repetitiva y acumulativa gustará mucho a los niños, ya que irán memorizando el orden de los distintos personajes y sabrán seguir muy bien el argumento.
Las ilustraciones, por otra parte, están hechas con colores pastel y colores fríos, y consiguen que el lector se imagine en ese bosque nevado. Son muy muy bonitas y están llenas de detalles.
En resumen, un libro con una estructura muy clásica, perfecto para leer en estos días invernales.
Espero que os guste.
Hasta mañana :)
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