Hola:
Seguimos con nuestro ESPECIAL VUELTA AL COLE, y lo hacemos con una NOVEDAD EDITORIAL DE OTOÑO 2017 (Síiii, por fin empezaron a llegar las novedades a las librerías. Quién dijo que acabar las vacaciones era algo malo y horroroso...).
Se trata de Mamá va al cole, un disparatado libro que ya, en su corta vida, cuenta con un premio muy especial: Premio Les Incorruptibles 2017, después de ser votado por más de 100.000 niños (que son los mejores y más exigentes críticos, y los que mandan al fin y al cabo en esto de la literatura infantil).
¿OS VENÍS A CONOCER ESTE DIVERTIDÍSIMO LIBRO?
(PINCHAD EN LAS IMÁGENES PARA VERLAS MÁS GRANDES)
-Título: Mamá va al cole (También disponible en Catalán)
-Autores: Éric Veillé y Pauline Martin
-Editorial: BLACKIE LITTLE BOOKS
*Nota friki para los haters de las pegatinas en las portadas de los libros: No sufráis que esta es de las que se quita fácilmente y no deja cerco por ningún lado.
Pongámonos en situación: Primer día de cole. Una mamá acompaña a su hija hacia su nueva clase.
Si de repente esa niña pudiera pedir un deseo, ¿cuál podría ser? Quizás una de las posibilidades sería que su mamá se pudiera quedar con ella en el colegio, sin tener que irse.
Pues bien, este libro parte precisamente de esa premisa: ¿qué pasaría si las mamás (o los papás) se quedaran en el colegio con los niños, como otros alumnos más?
Empieza el libro, efectivamente, cuando una madre acompaña a su peque al colegio. Primero ambas se levantaron de la cama, se vistieron y se dirigieron hacia allí. Una vez dentro, recorrieron unos pasillos llenos de puertas amarillas. Y, por fin, llegaron a clase.
El panorama que se encontró la niña cuando entró por la puerta no podía ser peor: niños y más niños llorando sin parar, después de que sus papás se fueran (benditas seños y profes de infantil)
Ante semejante situación, nuestra pequeña protagonista decidió que a ella no le podía pasar lo mismo. Vamos, que no se quedaba sola en esa clase ni de broma.
Es por eso que recurrió a LAS TÉCNICAS PARA SECUESTRAR A UNA MADRE, o lo que es lo mismo, que empleó la técnica de la lapa, la del bebé orangután, la del gato salvaje, la del murciélago y hasta la del perrito atropellado...
Y bueno, al final mamá desistió y accedió a quedarse con ella en el cole, algo que alegró mucho mucho a su hija (no sabía la que se le venía encima, claro está...).
Y es que, desde un primer momento, se empezaron a torcer las cosas.
El primer problema surgió cuando la maestra estaba explicando cosas, y es que la mamá no sabía que no se podía hablar a la vez que ella explicaba y menos sin levantar previamente la mano.
Superada esta primera crisis, apareció la segunda, y es que la mamá era un poco desastre para los trabajos manuales. Con esas tijeras tan pequeñas no podía hacer nada, así que se pasó la hora gruñendo y gruñendo.
Mamá también tenía problemas con las canciones. No es que cantara mal, sino que lo hacía muy fuertemente y claro, silenciaba a todos los niños, incluida ella.
Las clases de educación física también resultaron ser horrorosas.
Y la cosa no mejoró a lo largo del día, ya que también hubo jaleo en los lavabos, en el comedor escolar y a la hora de la siesta. Mamá era demasiado pequeña para las camas, para las sillas y para todo.
Su hija, mientras tanto, empezaba a estar un poco harta de la situación. De repente la idea de que su madre estuviera en el cole no le parecía tan maravillosa. Además, había empezado a hacer sus primeras amigas.
Y, ¿cómo acabará la historia? ¿Se acabará adaptando la madre al cole o no volverá nunca más?, ¿Se arrepentirá la pequeña de su decisión o no? Pues eso lo tendréis que descubrir leyendo el libro, que ya os he desvelado mucho pastel...
¿Qué os parece? A mi me encanta, porque muestra una situación que perfectamente podría ser real, al menos a juzgar por los deseos de los niños en sus primeros días de clase.
Es un libro que está lleno de guiños humorísticos (las técnicas para retener a la madre, la mamá atrapada en el tubo, sin caber en las sillas pequeñas...) y que al mismo tiempo hará reflexionar a los peques sobre la conveniencia o no de que sus padres se queden con ellos en clase.
Al fin y al cabo, la relación materno o paterno filial es muy especial, pero los coles no están hechos para los papás, nos pongamos como nos pongamos.
Las ilustraciones, de Pauline Martin (la misma ilustradora de los preciosos libros "Mi amor", y "Un amor de hermanita") no pueden ser más acertadas, ya que además de divertidas concuerdan perfectamente con el texto.
En resumen, un libro genial, que sacará más de una sonrisa tanto a niños como a no tan niños, ideal para contar en casa o en los primeros días de escuela.
Espero que os guste tanto como a una servidora (y tanto como a los 100.000 niños que votaron en el premio).
Hasta mañana :)
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