jueves, 2 de febrero de 2017

EL ÁRBOL GENEROSO, UN LIBRO PARA REFLEXIONAR SOBRE LA RELACIÓN DEL SER HUMANO CON LA NATURALEZA

Hola:

Hoy os traigo un libro muy especial, que para mi es una pequeña obra maestra. Es un libro de estos que te hacen pensar y que tiene muchas lecturas diferentes.

En este caso, El árbol generoso nos hará reflexionar sobre la relación que tiene el ser humano con la naturaleza (aunque se podría extrapolar hacia la relación que pudieran tener dos personas).


¿OS VENÍS A CONOCERLO?

(PINCHAD EN LAS IMÁGENES PARA VERLAS MÁS GRANDES)



-Tïtulo: El árbol generoso
-Autor: Shel Silverstein
-Editorial: KALANDRAKA


El libro empieza diciéndonos que había una vez un árbol que quería mucho a un niño.

El niño iba a verlo todos los días, se hacía coronas con sus hojas, trepaba por su tronco, se columpiaba en sus ramas y se comía sus manzanas. Además, jugaba con él al escondite y se quedaba dormido.

En resumen, el árbol y el pequeño eran uña y carne. Se querían infinitamente.




Pasó el tiempo y el niño creció. Ahora ya no pasaba tanto tiempo con su amigo, lo que hacía que el árbol se sintiera un poco solo.

Un buen día, el ahora adolescente fue a visitarlo y el manzano, muy contento, le dijo que se columpiara en sus ramas, que trepara por su tronco y que se comiera sus manzanas.

Sin embargo, la respuesta de su amigo no fue la esperada. El jovencito le dijo que ya era demasiado grande y que lo que necesitaba era dinero.

El árbol, en un acto de amor incondicional, le dijo que él no tenía dinero, pero que podía llevarse sus manzanas y venderlas. 



Eso mismo hizo y el árbol estuvo feliz, ya que su niño así estaba contento.

Pasó mucho mucho tiempo, en el que el árbol se volvió a quedar solo. Un buen día, apareció de nuevo el niño, ahora convertido en adulto.

En esta ocasión ocurrió lo mismo. El árbol le pidió que se columpiara en sus ramas y que subiera a su tronco, pero él no tenía tiempo. Lo que necesitaba era una casa y una familia con mujer e hijos.

Una vez más, el árbol fue tremendamente generoso y le ofreció sus ramas para construirse un hogar.



El niño hizo esto mismo y de nuevo, se volvió a marchar, abandonando a su amigo.

Pasó el tiempo y, por supuesto, el niño, ahora anciano, regresó. El árbol volvió a repetir su retahíla, pero como su amigo así no era feliz, le ofreció su tronco, porque ahora lo que necesitaba era un barco.


Entonces el niño cortó el tronco... y el árbol fue feliz... ¿o no?



Y hasta aquí os puedo contar. Para mi, el libro podría terminar perfectamente en estas páginas y sería precioso, pero no, todavía queda una parte muy emotiva. El final, que te deja con un nudo en la garganta, nos vuelve a demostrar hasta qué punto el amor del árbol por su niño es incondicional.

Es un relato precioso y un tanto duro, que nos muestra una relación de amor y generosidad ¿no compartida? y que nos hará reflexionar sobre distintas cuestiones.

Al fin y al cabo, nos encontramos con un árbol que está dispuesto a darlo todo, incluso pagando el precio de desaparecer prácticamente, y un niño que solo aparece cuando necesita algo, a sabiendas que puede conseguir todo lo que quiera (¿o el niño aparece siempre porque al fin y al cabo su único amigo es él?)

Es una obra que siempre ha tenido muchas interpretaciones, ya que hay gente que piensa que el niño hace lo que tiene que hacer y que es normal su actitud y otras, sin embargo, piensan que con este relato se demuestra perfectamente el egoísmo del ser humano hacia la naturaleza, a la que explota hasta la saciedad y, sin embargo, no cuida.

A pesar de ser un relato bastante profundo, podéis trabajarlo perfectamente con los niños, planteándoles toda clase de preguntas, como las siguientes:

-¿Es el niño realmente un buen amigo o podría hacer algo más?
-¿Es justificable que el niño cada vez pase menos tiempo con el árbol porque se hace mayor y ya no tiene tiempo o debería ir a visitarlo más a menudo?
-¿Hasta qué punto es recomendable mostrar la generosidad del árbol? ¿Es recomendable darle a alguien todo lo que tenemos solo para recibir cariño?
-¿Es normal que el niño se aproveche de todos los recursos que le ofrece el árbol o no?
-¿Cuál debería ser la relación ideal de los dos amigos?

Estas son solo algunas, pero el debate puede dar muchísimo de sí. Es más, os recomiendo que una vez debatida la relación de ellos dos, extrapoléis la conversación a las relaciones entre seres humanos. Es decir, que en lugar de ser un libro sobre un árbol generoso y un niño, sea la de una persona muy generosa y otra no tanto.

Nada más por mi parte. Espero que os guste y que os animéis a reflexionar con el relato. 

Como siempre, tenéis la sección de comentarios y las redes sociales para mostrarme vuestros puntos de vista.

Nos vemos mañana. Feliz día :)













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