Hola:
Hoy os traigo un libro muy muy especial. Es uno de los cuentos más bonitos que he conocido este año.
Se trata de "Botoncito", un libro que nos habla de múltiples cosas: la vida secreta de los objetos, la infancia, la amistad, los recuerdos, la soledad...
Es una auténtica preciosidad, tanto por la historia, llena de ternura y sentimiento, como por las ilustraciones, que son una auténtica maravilla.
¿OS VENÍS A CONOCER ESTE CUENTO TAN BONITO?
(PINCHAD EN LAS IMÁGENES PARA VERLAS MÁS GRANDES)
-Título: Botoncito
-Autoras: Yoko Ogawa y Chiaki Owada
-Editorial: JUVENTUD
Empieza el libro presentándonos a Botoncito, un botón redondo que pertenecía a una de las blusas especiales de Ana, una niña pequeña (¿lo veis en la imagen, con su preciosa sonrisa?)
El mejor amigo de Botoncito era, sin duda, Ojalito, y es que ambos se pasaban el día juntos. Eran completamente inseparables.
La vida de nuestro protagonista era feliz y tranquila, hasta que un buen día sucedió algo terrible: EL HILO QUE MANTENÍA A BOTONCITO SUJETO A LA CAMISA SE ROMPIÓ y, por lo tanto, él se cayó al suelo, donde rodó y rodó, sin saber qué hacer.
Su amigo, mientras tanto, lloraba y lloraba viendo cómo su amigo se alejaba.
El botón siguió rodando y, por primera vez, se dio cuenta de que tenía la forma perfecta para moverse por todos lados. Eso lo animó momentáneamente.
Finalmente, y después de su viaje por el cuarto de Ana, fue a parar a la parte trasera del cajón de los juguetes, un lugar completamente desconocido para él.
De repente, oyó un ruido, un pequeño sollozo que provenía de algún lugar cercano.
Y, ¿Quién lloraba? Pues bien, se trataba de Sonajero, que estaba completamente melancólico. El objeto se acordaba de aquellos tiempos en los que Ana lo agitaba para escuchar su sonido.
Ahora todo había cambiado porque la niña ya no lo utilizaba y él se sentía muy muy solo. Es más, últimamente pensaba que Ana se había olvidado de él completamente.
Botoncito, entonces, le explicó que Ana habia crecido y que ya no lo necesitaba para dejar de llorar. Pero lo más importante es que había sido él el que le había enseñado a reír.
Esta explicación sacó una sonrisa a Sonajero que, por primera vez en mucho tiempo, estuvo feliz.
Nuestro protagonista, entonces, siguió su camino y fue a parar a la cómoda, donde encontró a Babero.
Babero también se sentía muy triste, ya que recordaba aquellos tiempos en los que él recogía las babas, la leche y la comida que la niña derramaba. De hecho, todas sus manchas eran símbolos de su amistad.
Botoncito, de nuevo, se dispuso a explicar la situación a su amigo: Ana, que ya era grande, ya no necesitaba babero porque no se manchaba. Y la culpa de que no se manchara era precisamente suya, que gracias a su amistad le había enseñado a comer correctamente.
Solucionado este nuevo problema, se fue de nuevo, rodando y rodando sin parar, hasta que llegó a la parte baja de la cama. Allí encontró a un osito de peluche, que también se sentía mal.
El problema de Osito es que antes pasaba las noches con la niña, contándole historias para que ella pudiera dormir. Y claro, después de tanto tiempo, ahora la echaba mucho de menos.
El botón le dijo que no se preocupara, que aunque ya no pasaran tanto tiempo juntos ni se contaran historias, ella seguía soñando y jugando con él. Su amistad era irrompible.
Fue en ese mismo momento, justo después de esta explicación, cuando la mamá de la niña encontró a nuestro protagonista. Rápidamente lo llevó junto a la camisa y lo cosió de nuevo en su sitio.
El reencuentro con Ojalito fue precioso, que temía no volver a ver a su amigo nunca más. Enseguida se puso a contarle sus aventuras con sus nuevos amigos.
Pasó el tiempo y, un buen día, en el que la madre de Ana estaba buscando algo, esta se encontró con Sonajero, con Babero y con Osito de peluche. Decidió entonces recogerlos, recordando todos los bellos momentos pasados. Además, los lavó y arregló.
Cuando ya estaban listos, los metió en una caja especial, LA CAJA DE LOS RECUERDOS.
Acaba el libro diciéndonos que un día, pasado el tiempo, la camisa de Ana se le quedó pequeña, de tal manera que ya no se la podía poner.
Así, esta prenda de ropa, con Botoncito y Ojalito, fue a parar a la caja. Allí, el botón se encontró con sus amigos el sonajero, el babero y el oso, a los que llevaba mucho tiempo sin ver.
Había una cosa que todos tenían en común: TODOS DESEABAN QUE ANA CRECIERA SANA, FUERTE Y FELIZ.
¿Qué os parece? Yo estoy completamente enamorada de él. Me parece una maravilla se mire por donde se mire.
La historia me encanta por su originalidad, por su delicadeza, por su ternura y por la cantidad de temas tratados. Me gusta especialmente el hecho de que el libro profundice en la vida de los objetos, que les cree una vida, que los haga tener sentimientos y recuerdos. Y es que, la historia de todos ellos con Ana es preciosa.
Pero es que no solamente nos habla la historia de esto, sino que también lo hace de la infancia, del proceso de crecer, de la soledad, de la melancolía, de la amistad, de la aventura.... En resumen, que es un libro que nos habla de la vida, tal y como es.
Las ilustraciones, por otra parte, son una auténtica preciosidad. Son dibujos con mucha sensibilidad, que plasman perfectamente los sentimientos de todos los personajes. Además, el colorido que impregna a todo el libro es precioso.
Me gustan especialmente los tonos grisáceos que se utilizan cuando Botoncito conoce a Sonajero, Babero y Osito, ya que reflejan muy bien esa tristeza y esa añoranza.
En resumen, es un libro perfecto, del que no se puede poner ninguna pega. Es ideal para todas las edades ya que todos, en algún momento, nos hemos sentido como los personajes. Todos hemos tenido juguetes, todos nos hemos sentido solos, melancólicos, todos hemos crecido y dejado cosas atrás...
Es por ello que es muy fácil empatizar con la historia y rememorar esos tiempos pasados.
Poco más que añadir. Espero que os guste tanto como a mi.
Feliz día :)
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