Hola:
Hoy os traigo un libro-juego muy especial, ya que se trata de un cuento interactivo.
¿Qué significa eso? Pues que a lo largo de sus páginas nos iremos encontrando con ciertas acciones, que los lectores han de imitar. Así, la experiencia de leer se convierte en un juego.
¿OS VENÍS A CONOCER A NORA Y A SUS AMIGOS?
(PINCHAD EN LAS IMÁGENES PARA VERLAS MÁS GRANDES)
-Título: El viaje de Nora
-Autores: Cristina Oleby y Jesús Navarro
Empieza el libro explicando a los lectores que van a emprender un viaje en barco para buscar un tesoro. Para ello, necesitarán ciertas cosas: una cama, dos peluches, una linterna, una brújula y muchas muchas ganas de vivir la aventura.
Dicho esto, empieza el cuento en sí....
Según una leyenda, en el norte, justo en la línea que separaba al mar del cielo, había un tesoro. Y quien lo encontrara, encontraría la felicidad.
Nadie en todos esos años se había atrevido a ir en su búsqueda. Afortunadamente, Nora, una niña pequeña que había escuchado la historia, se dispuso a acabar con el misterio para siempre.
Un día, la pequeña vio un barco a lo lejos. Pensó entonces que el tesoro debería estar por esa zona.
Fue entonces cuando les propuso a sus dos ositos, Teddy y Pandita, emprender el viaje para buscarlo.
Teddy pensó que eso era una locura, ya que nadie lo había conseguido. Sin embargo, Nora les explicó que nadie lo había conseguido porque ni siquiera lo habían intentado. Pandita, entonces, dijo que eran muy pequeños, pero a Nora eso le daba igual, ya que si sus ganas eran muy grandes, seguro que lo conseguirían.
Por lo tanto, al día siguiente se pusieron en camino. Utilizarían el barco del abuelo de la niña.
(A partir de aquí, empieza la PARTE INTERACTIVA, ya que los niños tendrán que realizar las acciones que aparecen en el texto entre paréntesis y en color verde).
Pues bien, el primer día empezó cuando Nora y sus ositos se despidieron de los habitantes del pueblo. Los aventureros cogieron agua, comida, unos prismáticos y una brújula.
Una vez que lo tuvieron todo listo, les dijeron adiós a todos (los lectores tienen que hacer el gesto de despedirse). A continuación, miraron por los prismáticos (hacer unos prismáticos con las manos y mirar), para comprobar el tiempo que tardarían en llegar.
Cuando ya habían avanzado bastante, Nora se asomó para ver las olas del mar y estiró el brazo para tocar el agua (los niños deben asomarse desde una cama o algo parecido). Entonces, una tortuga, que los acompañaba, hizo cosquillas a la niña. Teddy y Pandita, por otra parte, saltaron sobre su caparazón.
En el segundo día nuestros protagonistas se levantaron con mucha energía. Primero desayunaron y luego jugaron al escondite. Nora contaba y los ositos se tenían que esconder (los lectores deberán contar hasta 10 y esconder sus peluches debajo de la sábana/cualquier otro lugar). Unos pececitos, que pasaban por allí, se unieron al juego.
En el tercer día Teddy y Pandita preguntaron cuánto tardarían en llegar. La niña, mirando por sus prismáticos (hacer unos prismáticos con las manos y mirar), les comentó que ya faltaba poco, que no se impacientaran. De repente, apareció un pulpo gigante, que como todos los pulpos tenía 8 brazos: uno para saludar, otro para cepillarse los dientes, otro para rascarse la cabeza, otro se lo metía en la nariz...
Como era muy simpático, Nora y los ositos lo acompañaron en su aventura.
En el cuarto día, chocaron con una roca (hacer como que chocamos con algo). Nora se cayó al suelo, pero enseguida se levantó.
De repente, escucharon algo. Así fue como descubrieron que la roca en realidad no era una roca, sino una ballena.
El pulpo les dijo a sus amigos que no se preocuparan, que las ballenas eran buenas. Además, los animó a escuchar su canto. La ballena entonces empezó a dar un concierto y Nora, los ositos y el pulpo empezaron a bailar (los niños deberán bailar).
Lo que ocurre en el quinto y sexto día no os lo cuento, que si no os desvelo todos los misterios...
En el séptimo día Nora se empezó a desanimar. Llevaban una semana entera de viaje y la línea que separaba el cielo del mar seguía estando igual de lejos. Es como si no hubieran avanzado nada.
Cuando llegó la noche, Nora y los ositos se tumbaron en la cubierta del barco y se taparon con una manta (los niños tienen que tumbarse y arroparse). La niña, entonces, miró a la luna y se dio cuenta de que estaba tan lejos como la línea que separaba al mar del cielo (Apagamos las luces, encendemos la linterna y dirigimos la luz al techo, como si esta fuera la luna).
Y bien... ¿Cómo acabará esta aventura? ¿Encontrarán Nora y sus amigos el tesoro? Pues no os lo desvelo, aunque ya os avanzo que la conclusión del cuento no puede ser más bonita.
El libro incluye también una guía para padres, madres y educadores y una brújula para que los peques la coloreen y la recorten.
¿Qué os parece? A mi me gusta mucho, no solo por los mensajes tan bonitos que nos transmite su lectura, sino también, y sobre todo, por el elemento interactivo, que hace que los niños tengan que participar continuamente.
Es una propuesta muy atractiva para edades muy variadas, ideal para aquellos niños a los que les cuesta sentarse a leer o escuchar un cuento.
Las ilustraciones, por otra parte, también son muy bonitas, muy tiernas.
En resumen, un libro de aventuras muy entretenido, perfecto para contar en casa a la hora de dormir (o a cualquier otra hora) o para trabajarlo en clase.
Nos vemos mañana con más recursos.
Feliz día :)